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El subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU confiesa, bebido, que no le gustan ni Ban Ki Moon ni los americanos
Dicen que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad. A sus 62 años, el subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, el chino Sha Zukang, no es ningún chaval. Así que lo único que explica su comportamiento en un retiro en Austria para funcionarios de dicho organismo son las copitas de más que se tomó cuando le tocó hacer un brindis con sus compañeros.
Según informaba la revista “Foreign Policy” en su página web Sha, el diplomático chino de más alto nivel en Naciones Unidas, se despachó a gusto con su jefe, Ban Ki-moon, mientras bebía a su salud. “Sé que nunca le gusté, señor secretario general. Pues bien, usted a mí tampoco”, le espetó al tiempo que le ofrecía un brindis.
«No me gustan los americanos»
Tal y como explicó un funcionario presente en la cena, que tuvo lugar la semana pasada en Alpbach, la borrachera le soltó la lengua a Sha Zukang, quien también despotricó contra los americanos y se quejó de que Ban Ki-moon estaba intentando deshacerse de él y podía despedirlo “en cualquier momento”. A la vista de sus comentarios, lo raro es que no lo haya hecho ya.
“Lo último que quería era venir a la ONU”, despreció el funcionario con bastante poca diplomacia, matizando además que “en realidad no me gustan los americanos”. Aunque después intentó arreglarlo admitiendo que había llegado “a amar las Naciones Unidas y admirar algunas cosas”, sus críticas fuera de tono enturbiaron el encuentro y pueden poner en un brete al régimen chino, que apoyó la candidatura de Ban Ki-moon a la secretaría general y presionó para el nombramiento de Sha en julio de 2007.
Conocido por no tener pelos en la lengua, el diplomático ha ido esta vez demasiado lejos animado por los efluvios de Baco. “A la mañana siguiente, y a petición propia, se disculpó en persona ante el secretario general”, zanjó la cuestión Farhan Haq, uno de los viceportavoces del organismo internacional.
Quizá por la resaca o por la vergüenza, la revista indica que Sha Zukang mantuvo un perfil bastante bajo durante el resto del retiro, donde, gracias al alcohol, afloró la verdad de las relaciones entre bambalinas de los funcionarios de la ONU.
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